jueves, 28 de febrero de 2013

Mariposas en las paredes (Cuarta parte)

Cada uno de los peldaños de madera crujía cuando Fran apoyaba la punta de sus botas. Percibía que el ambiente se enralecía conforme descendía por la escalera. El aire estancado del sótano olía a humedad y a polvo. Su acelerado corazón le hacía temblar el pulso y, con él, la luz de la linterna que iluminaba cada uno de sus pasos. Se acomodó la mochila de Nórah en la espalda, suspiró sin hacer demasiado ruido y, esta vez, consiguió dominar su cobardía y no miró atrás. Sabía perfectamente que el coche ya no estaba al alcance de su vista.

jueves, 21 de febrero de 2013

Mariposas en las paredes (Tercera parte)

—Nórah, venga ya. ¿Tan grande es la casa esa que te has perdido ahí dentro? ¿Dónde te has metido?

Pero ella seguía sin responder. Fran tragó en seco y contempló, justo a un paso de distancia, la agrietada puerta de entrada. Había decidido salir del coche y acercarse a la vivienda abandonada para asegurarse de que el alcance de la radio era suficiente. Sabía que era una idea absurda, fruto de su creciente temor, pues hacía más de una hora que se había puesto en contacto con ella por radio, y desde mayor distancia.

jueves, 14 de febrero de 2013

Mariposas en las paredes (Segunda parte)

Aquel zombi se acercaba despacio mientras gemía con la boca abierta. La mandíbula inferior le colgaba de un delgado trozo de carne, y la criatura alzaba las manos mutiladas para atrapar a Fran por la espalda. Los sonidos guturales lo alertaron, y Fran se dio media vuelta justo a tiempo para moverse hacia un lado y esquivar el zarpazo del muerto viviente. Inmediatamente, fue a refugiarse a la esquina más próxima y recargó la metralleta. Sin mayor dilación, apretó el gatillo y contempló cómo la cabeza del zombi desaparecía tras una nube de sangre. El sonido, como el de un melón que revienta, resultó sorprendentemente gratificante. Sin embargo, la alegría duró poco, pues no se había percatado de que justo a su lado había un ventanal por el que asomaban otros tres cadáveres andantes. Fran intentó alejarse de ellos por el pasillo, pero una horda hambrienta se acercaba por ese corredor. Se le ocurrió retroceder, pero, tan pronto se giró, se encontró con otro zombi más, abalanzándose sobre él. Abrió fuego, pero no dispuso del tiempo necesario para apuntar bien. El zombi se le echó encima y la pantalla se llenó de sangre.

jueves, 7 de febrero de 2013

Mariposas en las paredes (Primera parte)

—Prueba de sonido... Uno... Dos... Tres... Probando —Nórah sopló unas cuantas veces sobre el micrófono, que bajaba hasta la comisura de sus labios desde el auricular derecho—. ¿Me oyes bien?