jueves, 29 de enero de 2015

Grietas en el cielo (Primera parte de tres)

El lanzacohetes que portaba a la espalda pesaba más de lo que había pensado en un principio, y ya no quedaba rastro alguno de la terrible sensación de extrañeza cuando se vio forzado a sujetar un arma por primera vez. Dicha sensación de peligro había quedado muy atrás, dando paso a una terrible familiaridad hacia aquellos instrumentos de muerte que Atelier se veía forzado a usar día tras día. El plan de aquella jornada era claro: el lanzacohetes resultaba fundamental para tratar de asestar el primer golpe al enemigo.

jueves, 22 de enero de 2015

Flora (Tercera parte de tres)

Flora sacó una bolsa de plástico del bolso. Era pequeña y con cierre hermético. El padre de la muchacha entornó los ojos, tratando de identificar aquellos pequeños puntos verdosos que se encontraban en el interior.

jueves, 15 de enero de 2015

Flora (Segunda parte de tres)

Su padre, incrédulo ante lo que acababa de escuchar, se separó lentamente en el abrazo a su hija y la miró a través de sus lágrimas con gesto de incomprensión.

¿Cómo que has encontrado a “otro como tú”?

jueves, 8 de enero de 2015

Nota del autor: Imágenes con latido

¡Muy buenas a todos!

Aquí estoy de vuelta con más historias que contar. Sin embargo, quería anunciar que la sección de "Imágenes con latido" va a perder su frecuencia de una a la semana. Mi plan es llegar a las cien imágenes, de modo que las que faltan irán llegando a medida que las vaya terminando.

En cuanto a las historias, mantendré la rutina de una a la semana cada jueves. Hoy tenéis la primera parte de "Flora". Espero que os guste.

¡Muchas gracias a todos!

Aio


Flora (Primera parte de tres)

El anciano abrió la puerta todo lo rápido que le permitió la mano que no apoyaba en el bastón. A través de la mosquitera de la puerta abatible, se conmovió al contemplar el rostro angelical de su hija, que en aquel momento le regalaba una de las sonrisas más hermosas que el viejo había visto en toda su larga y sacrificada vida. Ya habían pasado casi veinte años desde la última vez que sus ojos habían podido deleitarse con la dulce sonrisa de su querida hija. Y ahora estaba justo allí, delante de él, de vuelta en la granja de su padre.