jueves, 25 de agosto de 2016

Edith: origen

La pared estaba completamente cubierta de monitores, como si fuese un enorme panal de abejas. Sin embargo, tan solo uno de ellos permanecía encendido, iluminando con su mortecina luz gris el rostro serio del doctor Miller. Sentado a escasos centímetros de la pantalla, mantenía la vista clavada en él por encima de sus dedos cruzados. Vigilaba a la joven Edith, aún inconsciente en el suelo de su celda acolchada. El aire olía al cigarro que se consumía en el cenicero como un palo de incienso. Dentro de su cabeza, el doctor no dejaba de preguntarse si había hecho lo correcto con ella. Entonces, la puerta se abrió y apareció una silueta oscura sujetando el pomo de la cerradura. Entró sin hacer ruido, cerró la puerta y se apoyó en la pared a un lado. Se recreó en el silencio aderezado con el zumbido eléctrico del monitor. El olor del tabaco se había estancado dentro de la habitación cerrada.

viernes, 19 de agosto de 2016

Edith: doctor

El rascacielos Inspirational: una torre esbelta de cristal azul y metal cromado. Un hito más de la humanidad, clavado con metal y hormigón en el asfalto de la ciudad, que se elevaba como un espolón muy por encima del perfil irregular del horizonte. Justo entre los rascacielos Reflexion e Illumination, el Inspirational era el segundo más alto del círculo de rascacielos, tan solo superado por el illumination, que los presidía a todos como el frontal de una corona real puntiaguda que gobernaba majestuosa en la llanura urbana. Edith ascendía despacio por la fachada, muy pegada al cristal. De cuando en cuando, apoyaba la mano en los salientes de las ventanas para tener un sitio al el que asirse por si perdía el equilibrio. Sin embargo, lo que realmente había perdido en aquel momento era la cuenta de pisos que había superado. Evitó a toda costa mirar abajo y miró arriba en su lugar, para comprobar si aún le quedaba mucho para alcanzar una azotea que parecía no llegar nunca.

jueves, 11 de agosto de 2016

Edith: enemigo

Su hermano Ezra ya llegaba veinte minutos tarde. Edith lo esperaba en el callejón de la parte trasera de la biblioteca. No podía evitar mirar constantemente de un lado a otro para vigilar las entradas y asegurarse de que únicamente su hermano fuese quien apareciese. Miró hacia arriba. La biblioteca era un edificio bajo, y el bloque de su espalda apenas tendría unos siete pisos. Su intención era entregarse, pero mentalmente trazó un plan de escapatoria por si la rodeaban y la cosa se ponía fea. Sería arriesgado, pero, para escapar, volaría hasta la azotea de la biblioteca y luego se impulsaría hasta la del bloque de pisos. Así se libraría de cualquier encerrona, a no ser que apostaran francotiradores en las cercanías, idea que le pareció exagerada.

jueves, 4 de agosto de 2016

Edith: huida

Patri no entendía por qué de pronto su amiga Edith se comportaba como un animal enjaulado que deambulaba de un lado para otro. Con el teléfono pegado a la oreja y los dientes mordisqueando sus uñas, Edith se paseaba en círculos delante de ella con la mirada perdida en el suelo. Justo después de haber visto el principio del vídeo, Edith había reaccionado como si Patri fuese invisible, luego había sacado su teléfono del bolso y se había alejado unos pasos para separarse de ella. Patri simplemente se quedó observándola, mientras sujetaba su propio teléfono, todavía reproduciendo el vídeo de la chica libélula.